Abrir las clínicas privadas solo para atender aquellas urgencias estrictamente necesarias.

Realizar un triaje telefónico de las posibles citas, para descartar pacientes afectados por el COVID-19, informándoles del protocolo dictado por la Conselleria de Sanitat para el caso.

Citar las visitas de forma suficientemente escalonada para que los pacientes no coincidan en la sala de espera, indicándoles que acudan como máximo con un acompañante.

Retirar de la sala de espera cualquier elemento que pueda contaminarse y ser foco de transmisión: revistas, folletos, juguetes…

Pedir al paciente, nada más que entre en la consulta, que se lave las manos con jabón o solución hidroalcohólica.

Trabajar con el mínimo de personal y utilizando siempre las medidas de protección adecuadas.

Desinfección de la consulta y material de forma adecuada después de la atención de cada paciente.